Wednesday, September 06, 2006

Lo que decía don Pablo


Ah! qué maravilla!

Ayer hubo un día lindo, con mucho sol... él nos acompañó durante todo el día en una travesía desde el valle de Santiago hasta la costa de la quinta región.

"Isla Negra" tiene una magia especial (no es negra... y no tengo nada en contra del negro... por "siaca"), la casa de Pablo Neruda (Ricardo Neftalí Reyes según nació) se convirtió en poeta desde los 8 años. No sé cuándo es que alguien "decide" convertirse en poeta, quizás solamente se nace con el arte en las venas y hay que buscar la mejor manera para desarrollarlo, porque si no... algo muere dentro de uno.

Quisiera recordarme de cada anécdota que nos contaron en la visita guiada que hicimos a la casa de Isla negra, pero trataré de reproducirlas aquí, al menos las que más me impactaron.

En la casa hay colecciones de muchas cosas, que más que significados, para el poeta eran resultado de la belleza y la estética... tiene muchos mascarones de proa, copas de colores, caracolas, botellas, máscaras, mariposas, insectos, y muchas otras cosas que ahora mismo no recuerdo.

Los mascarones de proa están en la sala principal de la casa, y hay uno especial, en madera, que tiene los ojos de vidrio... en invierno, cuando el poeta prendía la chimenea, el mascarón de proa "María Celeste" se ponía a llorar, porque echaba de menos al mar... La gente le decía al poeta que eso no eran lágrimas, sino que la condensación de la humedad junto al cambio de la temperatura de la chimenea hacían que se juntara una gota en los vidrios del mascarón... y el poeta les contestaba: "Yo soy poeta, no científico... así que para mi María Celeste está llorando"

Las copas de colores eran una fascinación para el poeta, decía que hasta el agua sabía mejor en una copa de color. Él tenía como regla ser el "barman" en su casa para los invitados... y les servía en copas de colores lo que ellos quisieran, sin embargo cuando el poeta ya entendía que era hora que sus invitados se marcharan, comenzaba a servirles en copas blancas (o transparentes) y él decía que era mejor tener esa regla de quitar los colores de las copas que pober una mala cara.

Hay en el comedor el único mascarón de popa, y un mascarón de proa, que el "capitán" Neruda decía que ellos dos tenían amores, pero como el mascarón de popa se había propasado, el mascarón de proa le había quitado para siempre la mirada.

De las cosas que me gustan más de la casa, es un momento en que se dijo que el poeta decía: "siempre hay que ser niños, porque el que deja de soñar y de ser niño deja de vivir"... Por eso sigo soñando, y dentro de mis treintaytantos años sigo siendo una niña, que no para de sorprenderse con lo que pasa a su alrededor, porque no quiero dejar de sentir la pasión, porque no quiero dejarme atrapar por la inercia... vivir a concho! (como decimos en Chile) y que nunca se me acaben los sueños.


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