Monday, September 28, 2009

Prohibido Parquearse

Hay cosas que le suceden a uno justo el día que uno anda más apurado.

Resulta que tenía que ir a una sucursal de un banco a depositar un dinero (para variar a pagar, no a recibir!) y en la sucursal no había estacionamiento disponible. No quise estacionarme bloqueando a nadie de los que estaban ahí parqueados y me estacioné más adelante (tres edificaciones más allá) en un parqueo que estaba vacío. No había un letrero de "Prohibido Parquearse" o "Parqueo Privado" o "Evite multas, grua" ¡Qué se yo! No había nada y aprovechando hice lo indebido...

Cuando salí del trámite bancario, busqué mi carro y lo estaba bloqueando una flamante Range Rover de color verde agua metálico... "Mieeeeeerd..." dije, y me devolví a la sucursal para ver si era de algún cliente del banco, resultó que no... Toqué el timbre en el edificio frente al que me estacioné y me dijo un muchacho que esa era le jeepeta de uno de los de arriba (sólo tenía dos pisos la edificación) y que él era JODONÍSIMO con ese parqueo... Ufff... Metí la cola entre las piernas y toqué humildemente el intercomunicador... "¿Sí?" me dice una muchacha, yo: "Hola, disculpa, soy la persona que se parqueó indebidamente en el espacio que está frente al edificio, alguien me está bloqueando, tú podrías decirle si puede venir a mover el carro? Y por favor que me excuse"

Pasó un rato, pasaron dos... Veinte minutos y nada. Yo ya estaba poniéndome de todos colores por el calor y el hambre... Fuí nuevamente al intercomunicador y toqué, esta vez me abrieron la puerta eléctrica. Subí los escalones sin saber dónde me dirigía. Cuando me recibe la muchacha le digo humilde y bajando la cabeza: "Soy la persona que está mal parqueada abajo, tengo veinte minutos esperando, tú crees que se pudiera mover el dueño para yo salir?...". Ella se para del escritorio me dice que me siente, y se dirige hacia unas oficinas que están a su derecha. De allá se empezaron a oír los gritos del dueño del parqueo que dijo de todo... fue tanto que ella volvió a su escritorio mirando hacia abajo... Uno de los socios de la "empresa" que se percató del asunto, intervino y dijo "Dame las llaves que yo la muevo"...

Bajamos...

Se movió y pude salir.

Con una vergüenza por la muchacha, por mí y por mi error... pero yo digo una cosa, la gente se entiende hablando... Creo que por más que uno grite o intente dar una lección a la fuerza hay mejores formas de hacer entender a las personas.

Más simple si él pusiera un cartel, porque lo de la valla para bloquear él tendría que desmontarse de la jeepeta y sería muy odioso cada vez que llegara a su oficina.

En fin... Lo hice mal, pero disculparme no valió de nada...

2 comments:

edna said...

Ese era un perro, ni modales tiene, es verdad que el dinero no compra la clase, jaja.

FeliTo said...

El dinero no compra nada mi hermana...si al final lo material pasa y lo único que queda es lo que eres...entonces la existencia de ese tipo esta en discusión todavía...