Thursday, April 26, 2012

47 Aniversario (amatista)

Mis padres cumplieron hace un par de días 47 años de casados.
¡Qué hazaña!
Leí por ahí que los matrimonios de antes duran más porque fueron fundados en la época en que nada era desechable (excepto el papel de baño supongo...), la época en que hasta los fósforos quemados se guardaban para una segunda oportunidad.
Estamos en una época en la que muchas cosas no duran para siempre (hasta los celulares ahora no duran más que un año y medio y todo tiene una fecha de caducidad), todo va rápido... Sin embargo creo que el matrimonio es para toda la vida, por eso es muy importante saber elegir con quién se da ese paso tan importante.
Le pregunté a mis padres el secreto... la paciencia fue lo primero que nombraron, cada uno alabó la paciencia del otro por soportarlo... esto nos indica que ambos son humildes y están reconociendo que al ser humanos no siempre cumplimos con todos los requisitos ni comportamientos que la otra persona supone que tenemos o debemos tener.
Paciencia, la madre de todas las ciencias... hasta del arte del amor.
Felicidades y muchas bendiciones para ellos y Dios me dé la felicidad  a mí y a mi familia también de seguir celebrando muchos aniversarios junto a ellos.

Tuesday, April 17, 2012

El castigo

Recuerdo que mis padres me castigaron unas cuantas veces, algunas de forma justa y otras de forma injusta. Lo más que llegaron a hacerme fue darme correazos, tirones de pelo, coscorrones (como se diría en "dominicano" cocotazo), tirones de orejas, palmazos, en fin... No recuerdo que me hayan quitado la televisión (no era tan popular en mi época), o que no me hayan dejado salir a jugar a la calle, o que me hubiesen mandado a acostarme sin cenar... nada de eso, los castigos eran típicamente violencia.


Me ha costado decidirme si empezar o no con el primer palmazo a mi hija Camila.
Se ha puesto muy rebelde últimamente, ella quiere hacer lo que se le antoja y se pone muy desobediente. 


El otro día no quería ponerse la ropa que yo había escogido para que se pusiera, que no, que no y que no. Entonces patalea, llora y uno tratando de agarrarla para ponerle la ropa a la mala... Bad idea! Más peleó y más pataleó... Hasta que llegó el momento en que estuve a punto de darle un palmazo... Me resistí y abandoné, le dije a mi esposo, vela tú porque yo no puedo... Y salí de la casa, bajé la escalera, entonces Camila se dio cuenta de que "su mami" se había ido... El llanto cambió de tono, ya no era de maña sino de desesperación y desconcierto porque "mami" se había ido... "Mi mamiiiii, mi maaaaami"... y yo llorando debajo de la escalera mientras la escuchaba, porque me partía el alma. Mi esposo trató de calmarla pero fue en vano, ella intentó abrir la reja para salir corriendo a buscarme... Él le decía que yo me había ido porque ella se había portado mal... Ella lloraba desconsolada, al igual que yo... 
Al rato él logró calmarla un poco, yo subí y me senté en la sala... 
Ella vino desde adentro y me vio en la sala con la cara de llanto recién terminando... Mi esposo le dijo a Camila que me diera un beso y que me abrazara para que yo no estuviese triste... 
Ella no quiso... pero se sentó a mi lado... Cayeron un par de lágrimas más... 
Ella me pasó la mano, yo la abracé, me dio un beso... 
Terminó el episodio...


Hablé con una persona que me contó que había escuchado una charla de una psicóloga en la que hablaba justamente de los padres modernos, que queremos darles a escoger a los niños todo: qué quiere comer, qué ropa se quiere poner, adónde quiere ir, y la verdad es que ellos no están para escoger, son muy pequeños, que la responsabilidad de escoger es de los padres. Siempre buscando la complacencia de los niños caemos en quererlos hacer que escojan pero la realidad es que su edad no es tiempo de escoger, es la edad de hacer caso y formar los valores que los padres le den.


La próxima vez que Camila se puso "chúcara" le dije que la castigaría, siguió con la rebeldía y la senté en el pasillo (como hace la superniñera en Discovery Home & Health) por 3 minutos (la edad del niño en este caso Camila). Ella se quedó en el sitio llorando y poco a poco se le fue pasando la rabieta. Cuando pasó el tiempo del castigo me acerqué, le dije por qué la había castigado y le dije que no volviera a hacerlo, que la quiero mucho y nos abrazamos. Todo siguió muy normal después de eso... 


Me niego a la violencia, me niego al primer palmazo... Espero que esta técnica de superniñera me siga sirviendo...