Friday, September 29, 2006

Amigos


A ciencia cierta... quien sabe cuándo comienza la amistad?

He tratado muchas veces de identificar cuándo comenzó la amistad con alguna persona específica y casi nunca logro entender cómo fue, o qué día, o qué dio motivo para una amistad.

Parece que las mejores de todas las amigas y los mejores de todos los amigos se consiguen sin saber cómo. Sólo que sabemos que en un momento determinado el hada, o el ángel de la amistad, o Dios mismo tocó con su varita, alas o mano nuestras cabezas dando paso al halo que cubre la amistad.

No puedo quejarme. La vida simplemente me ha regalado EXCELENTES amigos y amigas. Tengo amigos en el mundo, en mis dos países, en otros sitios, gente que ha emigrado como yo, gente que se ha quedado y gente que he conocido.

Quiero decir muchas cosas de mis amigos... de mis amigas... de aquellos que pusieron sus orejitas para oir mis problemas, penas y alegrías. De aquellos que pusieron sus ojitos en mis palabras cuando la expresión no podía ser cara a cara o a través del teléfono.

Agradezco siempre ese "cómo estás?" de cada uno de ellos, porque sé que es de corazón, y no una simple extensión del saludo común "hola cómo estás?" que tantas veces escuchas y realmente sabes que aquella persona que te lo dice ni siquiera te está saludando porque quiere, y no te pregunta cómo estás para saber realmente, sino que lo hace por esa "cortesía" mal entendida.

Tengo amistades antiguas, amistades viejas, amigos viejos y viejos amigos... todos forman parte de mi colección de gente que quiero.

Mis amigos de la universidad (18 años de conocernos aproximadamente) y todavía están allí, y todavía quieren juntarse cuando yo llego a Chile, y recordar una que otra anécdota, tomarnos un buen vino y ver cómo ha cambiado la vida en cada uno... antes bebíamos cerveza caliente en los pastos de la facultad, y si salía un "completo" (hot-dog) en Matucana era mucho!... Y ahora nos juntamos en las casas de cada uno a beber vino en copas y a comer rico. Quien nos viera y quien nos vio. Pancho, Jacqui grande, Jacqui chica, Sandrita, Janito, Moisetung, Luchín, Mermito... en fin... A todos los que me tocó ver esta vez sepan que los considero siempre como viejos amigos, aunque algunos sean amigos viejos... jeje

Tengo una amiga con la que iba al estadio a ver nuestro equipo de fútbol favorito. Ella es una de las que se podría considerar mi hermana chica... Me inspira ese cariño, ese cuidado, y nada... Michellina eres so sweet.

Mis amigos del ex-trabajo... Wow! Cuánta gente linda... seguro que a ellos los conocí cuando entré en esa empresa pero no sé en qué época pasaron de ser compañeros de trabajo a amigos de verdad. He sido testigo de cómo tu jefa se convierte en tu "madre postiza" (madre putativa), y de saber que aunque estemos lejos cualquier "hola" tiene una respuesta...


Mis amigos de acá también han tenido que aguantarme, y sé que hay muchos de ellos que perdurarán con el tiempo... porque me ocuparé de que así sea... porque lo importante de reconocer una buena amistad es trabajar porque esta se conserve, preocuparse por los detalles y mantenerla a punto. No importa cuándo comience una amistad, lo que importa es la calidad.

Y puedo decir... orgullosamente que mis amigos son de PRIMERA!

Monday, September 25, 2006

Primos



Primos

Se trata de los hijos de los tíos o tías, hermanos de tu madre o tu padre.

Son las personas que normalmente se reúnen contigo cuando tus tíos y padres se juntan a celebrar lo que sea, cumpleaños, santos, navidades, las interminables fiestas de año nuevo… en fin… son los primos con quienes juegas, con quienes te diviertes cuando eres chico mientras los adultos se reunen.

Con algunos de ellos o ellas tuvimos más afinidad que con los otros, pero siempre había alguien a tu lado en las fiestas y juegos.

Mis primos y primas cercanas son seis, más mis dos hermanas: ocho y conmigo nueve. Dos hombres y el resto chicas. Los varones, Titín y Coke, y las chicas en orden decreciente: Chivi, Laly (mi hermana recientemente casada), Soraya (la madre de mis sobrinos), Carmen Laura (hermana de Titín, Coke y Chivi), y Claudia, después vengo yo, y por último pero no por eso menos sobresaliente “la Mery chica” (María Dolores, y era la chica porque su madre se llama igual).

Nueve carajitos con 18 años de diferencia entre el mayor y la menor. Pero no por esa diferencia dejamos de ser una especie de pandilla… claro! Habían diferencias de intereses. Mientras los chicos ya pensaban en chicas, nosotras todavía jugabamos con tierra y moderadamente sabíamos sonarnos los mocos.

Tuve la ocasión de reencontrarme con todos ellos en el matrimonio de mi hermana. Fue lindo verlos a todos reunidos nuevamente, aún con sus vidas totalmente armadas, casas, trabajos, con sus respectivas parejas e hijos seguíamos siendo el grupito que pasó veranos enteros en el fundo del abuelo. Baños en el río. Nuestros primeros cigarrillos mentolados (¿Eve era la marca?) comprados con una “vaca” (en Rep.Dom. sería el equivalente a un “serrucho”) en uno de los viajes a la civilización en Puerto Montt…
Guerras de excremento de vaca. Interminables ensayos para el show del cumpleaños de los tíos o el aniversario de matrimonio de los abuelos. Guerras con los padres por tener nuestra propia “disco hollywood”, en fin… muchos buenos recuerdos y lindos momentos compartidos con el “Sandovalaje”

Cuando volvimos a reunirnos me pareció vernos tan grandes, tan distintos, perteneciendo a la siguiente etapa. No puedo sino entonces, recordar con nostalgia lo que pasó en nuestra niñez, y por supuesto recordar el cariño que hay todavía entre nosotros.

Vidas distintas, distintas ciudades, distintos países, pero a través de la tecnología hemos podido rescatar raíces. En las palabras de Coke, “todavía hay voluntad, ganas de seguir juntos por mucho tiempo como familia”. Muy importante concepto, la voluntad de creer que se puede seguir siendo parte de la familia.

Es cierto que no eliges a tu familia como pudieses elegir a tus amigos o a tus mascotas, pero el valor está, en que a pesar de estar unidos por la sangre, hay ese respeto, esos recuerdos, ese ser “compinches” y “hacer parejas” cuando te llevabas mejor con uno que con otro… todas esas cosas existen, y no hay alzheimer que pueda borrarlas.

Agradezco la oportunidad y el tiempo que se hicieron para que esa reunión de domingo se llevara a cabo. Muchas gracias a todos mis primas y primos!

El Regreso

El Regreso

Mi regreso a República Dominicana después de haber visitado mi país natal, Chile, por más de 3 semanas fue normal. Aunque debo confesar que me sentí un poco triste de volver.
El proceso del regreso no fue como las otras veces. Antes yo era la única que sonreía mientras mi madre echaba lágrimas con ojos de pescado.
Esta vez yo también eché mis lagrimones y tuve pena, y por supuesto, también ojos de pescado.

Mi pena en gran parte se debió a que mi sobrina, Magda, se puso triste. Pasamos la noche juntos con Martín y ella, en casa de mis padres. De hecho, botamos a mis papás de la cama, para quedarnos en la cama más grande los 3. Y todo era risas, aunque sabíamos que al día siguiente sería un día de despedidas.

En la mañana de mi partida, ella se levantó con mi mamá porque quería cocinarme un desayuno. Y debo decir que ha sido uno de los desayunos más ricos que comí. Yogurt, jugo de naranja y una inmensa torre de panqueques con manjar decorada con fresas.
Un amor que entra por la piel y por el estómago.

Mientras Magda preparaba el desayuno, me quedé en la cama con Martín (tiene 5 años) y él me preguntaba que por qué tenía que irme. Le dije que porque tenía que trabajar. Me dijo simplemente, en sus pensamientos sencillos de inocencia, pero ¿y qué pasa si no vas? Le dije que tenía que ir porque si no me echaban y que tenía que trabajar para poder pagar mi casa y mantenerme. Siguió en su posición y respondió “pero no importa si te echan, vuelves para acá y consigues otro trabajo pero acá”. Y entonces caigo que la pregunta no es que “por qué te vas” sino más bien, quédate.

Quise aguantarme las lágrimas pero no pude. Todavía recuerdo cuando, durante la mañana, mi sobrina me dijo que ella no quería ir al aeropuerto a dejarme, porque se sentía triste y no quería llorar. Me parte el alma saber que le causo tristeza a esa personita tan bella que está tan ligada a mi corazón. Yo no quería que ella se sintiese triste, es lo menos que quiero para ella, pero no le rebatí su posición. A Magda la dejamos en su casa antes de partir rumbo al aeropuerto, pero Martín sí nos acompañó.

Así que me despedí de mi Magdita como si nos fuésemos a ver al día siguiente, y prometí llamarla, y también le susurré en el oído que la amo.

Despedirse con pena no es fácil. Despedirse de una madre llorando tampoco lo es. Me despedí de mis viejos, y de Martín, a él le dije “cuida a tu hermana”.

Volví, y aquí estoy otra vez. En mi casa. Con mis cosas. Con calor. En esta tarde en que me preparo psicológicamente para volver al trabajo el día de mañana.

Volví, con pena pero volví.

Ahora me queda enfocarme al próximo reto. Lo que viene es algo casi nuevo, nuevas formas de lidiar con lo que ya existe. Innovar sobre lo ya existente pero sin que se note. Rezar para que las cosas surjan con paciencia y dedicación, y ayudarlas a que crezcan con mucho amor.

Sé al menos que allá en Chile, todavía hay familia y amigos que me quieren, que se reúnen a mi llegada, que me esperan. Y tengo que ser justa. Aquí también hay gente y amigos que me esperaban y me quieren.

Soy dichosa por tener buenos amigos, y ser capaz de mantener la amistad en la distancia. Dichosa de que, a pesar de esa misma distancia, mi familia me considere tan cerca.

Aprovecho para agradecer a mis padres por su amor infinito, y por haberme tratado tan bien. Gracias por todos los momentos que pasamos en estas vacaciones. Las fotos serán mi recuerdo palpable, visible, pero a ustedes los llevo como siempre en mi corazón.

Friday, September 08, 2006

Perrito Callejero

Ah! Me reencontré de alguna manera con la ideosincracia canina en Chile.
Siempre me gustaron los animales... algunos dirán que siempre me enamoro de ellos! pero bueno... ese es tema de otro post.
La cosa es que de pequeña, me gustaron los conejitos, perritos, pollitos... los gatitos no tanto... pero igual!
En casa, en Concepción (sur de Chile) cuando pequeña había un perrito "Naky" y después vino un conejito blanco, que no tuvo mucha suerte para sobrevivir a los colmillos del perrito... se lo comió... por lo menos tuvo la decencia de comérselo en el piso rojo, para que la sangre no resaltara tanto. (Ah! también había un par de ratones, pero no creo que esos sean considerados como mascotas)

Después tuvimos un perrito, acá en Santiago, "Danky"... ese sí que nos hizo correr... cada vez que podía se metía por entre los barrotes de la puerta de entrada y salía de paseo... el tema principal es que el animalito no sabía andar en la calle y lamentablemente lo atropellaron un par de veces, con lo que una de sus patas delanteras (la derecha) quedó sin sensibilidad y el perro arrastraba la pata, "el triciclo" le puso mi abuelo. Murió cuando estuve de viaje en Europa, y llamaba constantemente para saber del perro, cuando volví nos abrazamos y lloramos con mi padre porque habíamos perdido a un integrante de la familia.

El perro de ahora se llama "Bitter", ese perro es especial... tiene un genio de los mil demonios y es ladronazo. Se ha robado bisteks, quesos y casi cualquier cosa que quede a su alcance... Todavía está en casa.

Mis sobrinos tienen una perrita preciosa, una golden retriever, Leyla... hermosa, simpática, una miss perrita, tierna, y vivió con nosotros cuando llegó a la familia durante los primeros 3 meses, yo me la llevaba a mi cama a dormir conmigo, para celos terribles del Bitter, pero es que la pobrecita lloraba y con eso era lo único que se calmaba.

Mi hermana, la novia, tiene un perrito que heredaron de una prima, Bonnie, y se llama Albert, es un labrador de color chocolate, muy escasos, y es cariñoso conmigo a pesar de que lo vi por primera vez en estos días.

Y digo que me reencontré con la ideosincracia canina, porque cuando veo un animalito, le hablo. Por ejemplo hoy en Patronato, vi un perrito recostado al solsito (que no calienta mucho), y le dije: "hola perrito!" y el perrito me movió la cola, y se acercó. Me agaché y le acerqué la mamo para que me oliera (siguiendo el protocolo) y después ya pude hacerle cariñito en la cabeza, y él movió la cola, me siguió un par de tiendas y después volvió a su rinconcito soleado.

Par de veces me pongo a hablar con perros que no conozco, y ellos vienen y saludan. Después se van. Allá en Rep. Dom. siempre seguí con esa costumbre de hablarles a los "callejeros" pero allá es distinto... un perro JAMÁS se te acercará aunque le pongas la voz simpática de saludo. Los perros callejeros de Santo Domingo son desconfiados. Esperan lo peor de ti, y lo que más hacen es no hacer caso o "ponerse chivos" ante cualquier persona que se les acerque. Me dicen que es porque a los callejeros los tratan mal... no los llaman para hacerles cariño sino para agarrarlos a patadas! Qué triste... porque siempre es entretenido encontrarse con un animalito que te acompañe aunque sea por unos pasos...

Callejeros... los echaré de menos!

Wednesday, September 06, 2006

Lo que decía don Pablo


Ah! qué maravilla!

Ayer hubo un día lindo, con mucho sol... él nos acompañó durante todo el día en una travesía desde el valle de Santiago hasta la costa de la quinta región.

"Isla Negra" tiene una magia especial (no es negra... y no tengo nada en contra del negro... por "siaca"), la casa de Pablo Neruda (Ricardo Neftalí Reyes según nació) se convirtió en poeta desde los 8 años. No sé cuándo es que alguien "decide" convertirse en poeta, quizás solamente se nace con el arte en las venas y hay que buscar la mejor manera para desarrollarlo, porque si no... algo muere dentro de uno.

Quisiera recordarme de cada anécdota que nos contaron en la visita guiada que hicimos a la casa de Isla negra, pero trataré de reproducirlas aquí, al menos las que más me impactaron.

En la casa hay colecciones de muchas cosas, que más que significados, para el poeta eran resultado de la belleza y la estética... tiene muchos mascarones de proa, copas de colores, caracolas, botellas, máscaras, mariposas, insectos, y muchas otras cosas que ahora mismo no recuerdo.

Los mascarones de proa están en la sala principal de la casa, y hay uno especial, en madera, que tiene los ojos de vidrio... en invierno, cuando el poeta prendía la chimenea, el mascarón de proa "María Celeste" se ponía a llorar, porque echaba de menos al mar... La gente le decía al poeta que eso no eran lágrimas, sino que la condensación de la humedad junto al cambio de la temperatura de la chimenea hacían que se juntara una gota en los vidrios del mascarón... y el poeta les contestaba: "Yo soy poeta, no científico... así que para mi María Celeste está llorando"

Las copas de colores eran una fascinación para el poeta, decía que hasta el agua sabía mejor en una copa de color. Él tenía como regla ser el "barman" en su casa para los invitados... y les servía en copas de colores lo que ellos quisieran, sin embargo cuando el poeta ya entendía que era hora que sus invitados se marcharan, comenzaba a servirles en copas blancas (o transparentes) y él decía que era mejor tener esa regla de quitar los colores de las copas que pober una mala cara.

Hay en el comedor el único mascarón de popa, y un mascarón de proa, que el "capitán" Neruda decía que ellos dos tenían amores, pero como el mascarón de popa se había propasado, el mascarón de proa le había quitado para siempre la mirada.

De las cosas que me gustan más de la casa, es un momento en que se dijo que el poeta decía: "siempre hay que ser niños, porque el que deja de soñar y de ser niño deja de vivir"... Por eso sigo soñando, y dentro de mis treintaytantos años sigo siendo una niña, que no para de sorprenderse con lo que pasa a su alrededor, porque no quiero dejar de sentir la pasión, porque no quiero dejarme atrapar por la inercia... vivir a concho! (como decimos en Chile) y que nunca se me acaben los sueños.


Sunday, September 03, 2006

Extremos



La verdad es que siempre a última hora las cosas se extreman.

Ayer era la boda de mi hermana (la tan esperada boda! por fin!) 2 de septiembre a las 8 y media de la noche.

Almorzamos en casa. A las 2 teníamos hora todas las "chicas" en el salón de belleza... salón para poner bellas... salón de los milgros dirían algunos. Nos atendieron y la novia con su peinado duró muchísimo... sólo para darse cuenta a las 6 y media que no le gustó la forma en que quedó. Algo tenían los cabellos de mi hermana ayer que no había manera de que cogieran vuelta, ni un rizo... NADA! Cual viles erizos se quedaron llenos de laca y en forma de peinado no terminado.

Y mi hermana tenía que irse al hotel... manejando a casa (ya eran las 7pm) se miraba de vez en cuando, y yo la miraba de reojo... puesto que a mi tampoco me gustó su peinado, y no hallaba la forma de decirle a la novia momentos antes de su boda: "esteeee te ves rara... o fea!"... momentos de tensión. Pero realmente no había necesidad de decirlo... ella lo sabía! Y más se dio cuenta cuando vio la cara que puso mi madre al verla (ella suele ser MUY expresiva) y nada...

Me dijo en el camino... "vete conmigo a vestirnos al hotel... me voy a quitar este peinado"... emergencia! Faltaba menos de una hora para el matrimonio y ella tenía que llegar a lanzarse bajo una ducha y quitarse el "peinado" (que más bien era un DES-PEINADO). Recogimos cepillos, secadores, pinchos y nos fuimos al hotel... OPERACIÓN XTREME MAKEOVER DE LA NOVIA!

Ducha, shampoo, toalla y 2 secadores, ella de un lado y yo del otro, contra el tiempo, organizándonos por sacar a tiempo la empresa, poniendo nuestro máximo esfuerzo en que ese cabello quedara bien.
Por fin, terminamos con el cabello, la ayudé a vestirse, a maquillarse y en un dos por tres teníamos novia presentable para todos los invitados y por supuesto para el novio.

Quedó de película! Y eso comprueba una vez más que aunque aparezcan "pelos en la sopa" (o "pelos rebeldes en la novia" en este caso), si hay voluntad, trabajo en equipo, enfoque, unión y por supuesto VENTURA, aunque las cosas se extremen a última hora, los resultados se logran y se aprecian.

Friday, September 01, 2006

Reencuentros

La vida se nos pasa entre encuentros y reencuentros (algunos de esos son "des"-encuentros pero... bah!).

Me re-encontré con mi país natal (Chile, la montaña, Santiago y su gente, el cantadito del hablar, la palabra "weón" en cada frase... jajaja)

Me re-encontré con la familia (Madre, padre, hermanas, cuñados, tías, amigas, amigos y sobrinos por supuesto!)

Me re-encontré con los perritos (el de casa de mis padres y el de mis sobrinos)

Me re-encontré con la casa, con el frío

Me re-encontré con las comidas, con los sabores tan conocidos y tan añorados

Me re-encontré con los tragos, pisco-sour y el infaltable vino chileno (aún no he vuelto a probar la "vaina" que es otro aperitivo usual en Chile... hay muchas recetas, pero todas tienen vino añejo en ellas, y la inexcusable canela)

Me re-encontré con las raíces... y es extraño... porque me siento de aquí, pero también siento que soy una extraña...

Me dicen que el acento cambió... ¿?

Me dicen que las palabras que uso no son comunes... hey!tengo que cambiar y "switchear" mi vocabulario (nevera, estufa y carro... cambiarlas por refrigerador, cocina y auto, etc...)

En fin... muchas cosas que son iguales y a la vez distintas...

Ser un "extraño" en la propia tierra es una experiencia que se debe llevar a cabo con la mayor de las aperturas mentales y si por fin consiguen llevarte al extremo, para salir del paso, aquí siempre puedes responder "shhh que le poní coloooooooor!"