
La gente es como la fruta.
A veces se ven prometedoras y apetitosas por fuera, y por dentro son un desastre.
Me pasa mucho con la chinola (maracujá), por fuera a veces se ven feas, arrugadas, sucias, nada prometedoras en realidad, y resulta que por dentro están llenas de jugo, de fruta, de olor, de sabor.
Y algunas chinolas aparecen lindas, tersas por fuera, un colorcito bello, y cuando las abres, por dentro no hay nada... vacías.
Definitivamente hay gente que es como la fruta.