Empezó el festival... otra vez... otro año... otro verano en Chile, en que las playas de Reñaca se llenan de las argentinas y argentinos que lucen sus cuerpos al sol de cada día.
Se venden (y re-venden en el mercado negro) las entradas para los días de festival.
A precios módicos se puede disfrutar de un espectáculo en que usted premiará (o lo obligarán a premiar) a los artistas con la "antorcha de plata"... si usted es un artista muy "grosso" le premiarán, además, con la "antorcha de oro" y si usted se llama Enrique Iglesias lanzará al público el galardón hiriendo a algún asistente al festival, parte del "mounstro de la quinta", pero si es más civilizado como los de "La oreja de Van Gogh" entregará ese galardón a alguien del público, porque dirá el artista poéticamente, que el festival sin público, no es festival.
Pero independiente de cómo llegue usted a ser parte de esta reunión anual, el festival se vive.
A veces más afuera que adentro... porque casi siempre los artistas son internacionales... será que en Chile están escasos de gente musical de altura? Bueno, una cosa por otra... el día de ayer se paseó La Oreja de Van Gogh, y Bacilos... con éxito similar, antorchas de plata y de oro para ambas agrupaciones.
Se subirá uno de estos días Ricky Martin... ¡Diablo! ¡Qué bueno que está! con el tiempo se ha ido poniendo más "güeno" el compadre...
Debo confesar esto... allá en Chile, Ricky Martin era rasca... es decir... de gusto de "chopas" y de carajitas... Es que llamarse "ricky"... es rasca! Y bueno... nadie confesaba escuchar ni siquiera conocer sus canciones... pero... yo confieso haber comprado un CD original estando en Chile... un par de cancioncitas románticas y qué! compré el CD! y qué! Puedo decir a mi favor, que cuando Ricky usaba el pelo largo era rasca... pero desde que se peló... mijito rico!
Y su éxito internacional, con el que nos dimos cuenta que no había ninguna culpa en que te gustara Ricky Martin, fue para el mundial de Francia 98, con su "copa de la vida"... tú y yo.. alé alé alé... "Wow! pero se las trae el carajito", dije para mis adentros, confirmando que mi compra del CD original no era ningún pecado.
Por otro lado... tengo otra confesión... el viernes pasado (16 de febrero) fui a un concierto de Ricky Martin, acá, en el estadio Quisquella, en galería (galucha pa los amigos) y ahí de lejitos no más, lo vi, y lo disfruté... un concierto bastante interesante. Despliegue de tecnología simple, pero muy diversa y que hizo del par de horas, momentos muy entretenidos.
Un par de pantallas semicirculares, de esas de alta definición que hay en la esquina de la 27 con Lincoln, o en Time Square... en medio del escenario, que mostraban y dejaban de mostrar imágenes armando el escenario. Un par de pasillos que llegaban al público en diagonal que tenían insertos par de caminadoras... (o huinchas transportadoras de supermercado) que avanzaban o retrocedían haciendo del caminar del "ídolo" un paseo sin fin, o un llevarte hasta el final rápido... supieron hacer su espectáculo... además de las rampas también había un sitio por donde Ricky y los artistas desaparecían!!! (ná... era un ascensor pero así suena más divertido).
Ah! y una tarima hidráulica que elevaba al compadre para destacarlo de sus bailarines...
Fuegos artificiales para terminar y en resumen... muy buen espectáculo.
Yo nada más me di permiso para gritarle "Rickyyyyyyy tú tá gueeeeeno!!!" un par de veces... y me desahogué... es que de verdad está bueno el pendejo de mierda ese... no es que me lo vaya a encontrar un día en un callejón y lo acorrale... porque tampoco sabemos para qué bando apunta el compadre, pero de que está güeno... está güeno!
Ricky visitará Viña uno de estos días... a ver si lo veo por la tele, pa cachar si es el mismo espectáculo y verlo más cerquita, porque en la galera... uno queda con gusto a poco...
"Súsantísimoooo, cuánta salud!"