¿Qué ves? - La loca del barrio

Y le llamaban Lalo, no por Eduardo sino porque era "La loca del barrio"

Llegó del campo, donde se crió con su tía, a trabajar a la ciudad porque en el pueblo no le dejaban tranquilo, le gritaban los campesinos "buen mariposita...", "quiébrate galleta...", a lo que "ella" respondía con un gesto de disgusto y desprecio mientras apuraba los tacones sobre el piso de barro.

Era natural que se hubiese acostumbrado a tanto acoso... pero no, tuvo que venir a la ciudad aglomerada de gente para estar un poco más tranquila, esas son las ironías de la vida.

En el barrio, se mantenía en bajo perfil... limpiaba la casas... hacía mandados y ayudaba como podía en la casa de la esquina, a cambio de un lugar para dormir y 3 comidas calientes.

Era tal la confianza que era tratada como uno más de la familia, excepto por el sobrino de la casa que estaba en edad de pubertad y hormonas revolteadas. Él se encargaba de poner a "Lalo" con el grito en el cielo... la asustaba y hasta su par de pellizcos le dio...

Lalo sabía que él era sólo un carajito pero muchas veces le dieron ganas de voltearse, agarrarle la cabeza tiernamente con ambas manos llenas de mistolín y darle un beso profundo... que su naciente barba le raspara la cara mientras él olía la testosterona que emanaba del torpe cuerpo en crecimiento del sobrino.

Lalo estaba condenado... viviría eternamente así, ayudando en casas ajenas y pensaba cómo hubiese sido su vida si se hubiese quedado en el campo de su tía... Quizás su vida hubiese sido igual... pero en vez del carajito se hubiese "aficiáo" de los mismos que la criticaban al pasar, porque ella tenía su radar... y nunca le gritaban "maricón" porque ella sabía que toditos tenían tejado de vidrio...