¿Cómo descubrir a un hombre mentiroso?

No soy muy dada al copy/paste pero definitivamente creo que esto puede sernos de utilidad chicas!!! Aquí va la versión con close-captions...

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de California (ok, vamos a mirar la vaina desde el punto de vista gringo continúa), ha demostrado que los mentirosos tienen más sustancia blanca que gris en el lóbulo frontal (¡El chanfle! ¿Osea que había una sustancia blanca?, ¿Habrá que hacerles scanners a cada hombre que conozcamos? ). “Esta clase de hombres mienten por diversos motivos. La inseguridad es uno de ellos y el más recurrente” (un hombre inseguro tiene tendencia a mentir... no se fien, los que parecen seguros también!), asegura la socióloga argentina Esperanza Ruiz (¿Argentina... y no eran de gringolandia los estudios? Bueno...). Los mentirosos se pueden clasificar en: (veamos)

Mentirosos compulsivos:
Son aquellos hombres que encuentran excusa para todo y mienten sobre todo (¿Incluso el orgasmo?) hasta el punto de perder la noción ellos mismos de la cantidad de mentiras que inventan (osea se pierden en la nube de peos que generan).
Nunca reconoce que miente porque él mismo se cree sus embustes (y claro! cómo lo va a reconocer si está perdido en la nube de peos de sus mentiras, ya lo dije!).

Mentirosos piadosos (¿Qué tiene que ver la piedad con la mentira?):
Son aquellos que mienten esporádicamente para salir de alguna situación incómoda (los allantosos). Alguna excusa para no querer salir, el que se hace negar cuando se lo llaman por teléfono (¡Conozco algunos! Dique: "Si es fulana dile que no estoy, que ando en reunión o qué se yo") o el que retrasa alguna respuesta ("mmm bueee... vamos a ver").

Mentirosos para aparentar:
Suele comentar sobre su carro último modelo (o si no tiene carro dice que tiene), sobre sus viajes (cuando ni siquiera tiene pasaporte), acerca de su éxito con las mujeres (hay uno que dijo una vez: "Yo me he dado más y mejores mujeres que toditos ustedes!!!") o en los negocios (ay mi madre...) cuando en realidad nada de esto es cierto (pos claro! si fuera verdad no fueran mentirosos! Duuuh!). Su baja autoestima lo obliga a demostrar algo que no es (Autoestima baja... o exceso de autoestima?).

Más allá de las claves para conocer un poco más qué clase de mentiroso se tiene al lado (ey! zafa!), hay que tener en cuenta sus gestos (ummmm atentas chicas!!!) ya que éstos, a no ser que sea el mayor de los actores (Ey, si fuera Yorch Kluni yo le creería lo que dijera!!!), lo delatan. “La mirada suele decir lo que ellos no quieren que se sepa (atentas chicas, parece que los ojos sí son el espejo del alma). Las mujeres debemos estar atentas (pero ¿No acabo de decirlo yo más arriba?) hacia dónde dirigen la mirada cuando nos están hablando (tranquiiiilas más abajo vienen los detalles).

La experiencia indica que si se mira al suelo (osea, pa bajo!), se pestañea más de lo normal (hay que verificar que no tenga una basurita en el ojo) y si son diestros y miran hacia la derecha cuando hablan (¿Osea que hay que preguntarle primero si es zurdo o diestro?), es muy probable que no estén diciendo la verdad (hummm osea si mira pa bajo, o si pestañéa mucho, o si mira pal lao de la mano con la que escribe o se masturba tá mintiendo!)”, comenta la especialista. “El mentiroso suele esconder sus manos en sus bolsillos (ey, pero no será para verificar si no tiene dinero y te quiere pedir prestado!), cruzar los brazos (eso puede ser símbolo que tá quilláo también o no?) o esconderlos en su espalda (los brazos atrás? eso se ve medio gay) y sus labios tienden a estar inmóviles (¡Diache! ¿Y como se miente con la bemba cerrá?), gesto inconsciente para evitar que salga la verdad al descubierto”, sigue diciendo Ruiz.

Las actitudes diferentes en su personalidad también son un signo de alerta. Si está más cariñoso de lo normal (eso es allantando!), hace regalos sin que sea ningún día especial (una de dos, o es espléndido o tiene otra!) y ésta es una conducta no habitual en él (ah po es porque tiene otra), o quiere impedir cualquier momento para hablar (pa que no le pregunten ná) es porque algo está pasando .

Según otro estudio del neurólogo norteamericano Paul Ekman asegura que una mirada vaga (ey yo con vagos no quiero ná!), la pupila dilatada, entrecejo fruncido (mostrar enojo para distraer, esa es clásica!) o una apertura excesiva de los ojos (siempre que no sea corto de vista), demuestran la mentira. Cuando se miente, la mitad superior del rostro, (ojos, párpados y frente) encubre menos los sentimientos (osea que hay que fijarse en la parte de arriba de la cara), en cambio la parte compuesta por mejillas, nariz y boca sabe disimular las intenciones (porque la nariz, mejillas y boca son mentirosas por naturaleza).

Investigaciones al respecto son las que sobran (Diache, y esta es una de las primeras que leo). Un reciente estudio, tras examinar a 130 voluntarios mientras hacían comentarios honestos y deshonestos, concluyó que los mentirosos suelen tocarse la nariz y jugar con el cabello veinte por ciento menos veces que aquellos que dicen la verdad (osea que el que no se toque la nariz y el cabello es símbolo de que puede estar mintiendo, o simplemente no tiene gripe y no se ha lavado el cabello por lo tanto tocárselo le resulta asqueroso).

Los mentirosos usan mucho los gestos metafóricos, especialmente cuando la mentira se encuentra bajo sospechas (te estoy pillando!!!). Suelen mover mucho las manos en gestos exagerados o tocarse el corazón para manifestar amor (Diablo! Qué charlatanes... Julio Iglesias se queda corto!). Usan las señas un veinticinco por ciento más que los que dicen la verdad. La investigación también ha demostrado que utilizan gestos rítmicos, como reiterar alguna frase para enfatizar su comentario (Frases como: "¡De verdad!" o "¡En serio!" o "¡No te miento!" o "¡Créeme!" resultan ser la última pala de tierra sobre el muerto).

(La versión sin close-captions es de aquí)