Historias de Cangrejos

Una vez conversando con mi querido amigo Marino nos contó un "chiste" de cangrejos, decía así:

Un hombre vende cangrejos en la carretera, en dos baldes amarrados de un palo largo que carga sobre los hombros. Uno de los baldes tiene una tapa y el otro balde no.

Llega un cliente y pregunta el costo de los cangrejos.

El vendedor dice "Tengo dos tipos de cangrejos ingleses estos de la izquierda y dominicanos los del balde de la derecha y valen 100 cualquiera de los dos"

El cliente confundido, pregunta: "Pero ¿Son más grandes los cangrejos ingleses?"

El vendedor dice: "No, son iguales"

Y el cliente: "¿Y cuales saben mejor?"
El vendedor dice: "Ambos saben riquísimos."

El cliente: "Pero ¿Alguno tiene más masa que el otro?"
El vendedor: "No, ambos tipos de cangrejos tiene la misma cantidad masa."

El cliente: "Y entonces, si pesan lo mismo, son iguales, saben igual, ¿Cuál es la diferencia?, ¿Por qué tienes unos tapados y los otros destapados?"
El vendedor: "Aaah... Es que a los cangrejos ingleses los tengo que tener tapados porque si no se escapan"

El cliente: "Pero ¿Y por qué los cangrejos dominicanos no necesitan de la tapa y no se escapan?"
El vendedor: "Ah no... esos no se escapan, porque cuando uno ve que el otro va subiendo la cuerda entre todos los de abajo se encargan de arrastrarlo y bajarlo... nunca se van a escapar."


Ese chiste da risa, pero a la vez da pena... da pena de que sea tan real... tan palpable.
Se siente el poco espíritu de cooperación.
El poco espíritu de sobrevivencia.
El poco espíritu sensible de alegrarse cuando a otro le va bien.
Las ganas de joder al que está arriba...
¿Será por eso que no podemos arreglar mucho aquí?