De las razones

De las miles de razones que se me pueden ocurrir al pensar en por qué te amo, hay unas cuántas que se aparecen en mi cabeza después de haber pasado por mi corazón.

Eso quiere decir que todo lo que yo diga aquí está filtrado por mi corazón, y eso está bien. No es malo pasar por el filtro del músculo inagotable que llevamos en el pecho, todas las cosas. Si tienes un corazón bueno, todo lo que provenga de él será bueno. Y mi corazón es bueno, de modo que mis razones al pasar por él estarán teñidas del amor que nace profundo.

¿Que por qué te amo? Simple, me haces querer ser una persona sencilla.
Para amarte hay que ser sencilla, hay que querer sorprenderse con cada una de tus ocurrencias, hay que estar en medio de la noche a tu lado para ser sencillos entre las sábanas y volcar nuestros instintos (sean estos amarnos o simplemente dormir).

Me haces reír, y siempre he admirado a quien sea capaz de hacerme reír, no porque sea una persona aburrida o eternamente lateada, sino que mi sentido del humor puede ser tan complejo como el laberinto de un plato de spaghettis. Tú logras que me ría con sólo una mirada, con sólo recordar tus días de buen humor.

Me haces callar, cuando tengo la adrenalina a mil y me enseñas el valor del equilibrio entre estar y no estar, te amo porque me enseñas la importancia de permanecer.

Y te amo, porque lejos de ser el galán romántico que internamente siempre las mujeres quisiéramos, tú eres romántico a tu manera. Románticamente estás presente en mi espacio y traes contigo el beso de cada mañana y eso basta para continuar el día a día. Cuando haces cosas sencillas y prácticas por mí sé que estás siendo romántico de una forma aterrizada... porque cuando se acaben las mariposas en el estómago tendré tu mano agarrada y estaremos con ambos pies en el suelo, caminando hacia nuestro futuro, románticamente juntos.

Te amo porque no quieres que llore, aunque mis ojos a veces se nieguen a tus deseos.

Me haces sentir amada y eso no lo cambio por nada.

Pocas o muchas razones para amarte, son mis razones.