¿Qué ves? - Cada oveja con su pareja

He decidido poner a prueba mi capacidad inventiva y empezaré una serie de relatos asociados a fotografías.
El tema es crear algo asociado a una fotografía en particular pero no como hacemos normalmente que a partir de un relato buscamos la fotografía para adornar el post... esto es al revés. Ustedes pueden colaborar enviándome fotografías para que les haga su "novela"... (mi mail lo tienen cheluca@gmail.com)
Vamos a ver cómo sale...


Cada oveja con su pareja

Él era diferente... venía de un hogar cálido, pero situaciones de mudanza de la familia hicieron que él tuviese que buscar otro lugar donde vivir.
Por cierto tuvo mucha suerte. Encontró nuevos "padres" cariñosos y que le aguantaban mucha malcriadeza, lo corregían con cariño y dureza a la vez... al parecer era la forma en que él mejor entendía lo que se podía y lo que no se podía hacer.

Él era rudo, al ser atlético podía enfrentarse a quien fuera y lo sabía.

Tenía libertad para moverse en la casa aunque a él le gustaba el patio de la casa, allí se sentaba a mirar por la reja a los que pasaban y soñaba con árboles que nunca había visto.

Cada día transcurría normal, se alimentaba y se peinaba, dormía y cumplía con sus labores en la casa.

Sus días preferidos eran esos en que sus padres lo llevaban a la montaña... ¡Qué bien se respiraba en las alturas! Aunque su nariz de pronto se congelara, le encantaba correr por las laderas y en un camino sin rumbo perderse con el olfato en la naturaleza.

Su vida pasaba feliz, libre de preocupaciones... hasta que fue creciendo y tuvo una novia... lamentablemente (o felizmente para otros) la novia, una rubia tierna y simpática conocida de la familia quedó embarazada de él. Él se hizo responsable por un tiempo, pero las cosas no podían continuar como iban y él volvió a su casa... y la rubia quedó con sus hijos que eran adorados por sus tíos y abuelos.

Él no consideraba eso un fracaso... simplemente las cosas no podían funcionar de esa manera y siguió con su vida a cuestas.

Un día sus padres lo llevaron a pasear al cerro... mientras recorrían en bicicleta el trayecto, él que iba corriendo porque nunca aprendió a andar en bici, encontró a una nena que se parecía mucho a él. Tenían el color de la piel similar, y la mirada de ella estaba perdida como si hubiese pasado mucho tiempo desde que viera a alguien que le gustara tanto así a primera vista.

Ella estaba cansada y al parecer había tenido menos suerte que él con sus padres, puesto que a ella la habían abandonado y en la calle sólo se sustentó de lo que amablemente le dieron algunas personas. Comió y durmió en la calle... estaba bastante flaca y estropeada... andrajosa... pero a él no le importó y llamó a sus padres para que la vieran. Sus padres la recogieron y la llevaron a casa junto a él.

La bañaron y la perfumaron, le dieron comida y abrigo. Ella se mostró agradecida y él la miraba con sus ojos tiernos... ambos se encontraban bajo el mismo techo... era inevitable lo que sucedería...

Se enamoraron, se soportaron, se gustaron, se olieron y hoy están casados y siguen viviendo bajo el techo de sus padres... esperan que ella esté fértil para poder tener hijos.

(Nota aclaratoria... esta es una novela, o cuento, que es casi la realidad. El perro es de mi hermana, se llama Albert, y a la novia, la de la derecha, la encontraron en la calle... hoy viven juntos... Al menos en Chile es difícil encontrar un labrador color chocolate, y él se habí.a apareado con otras perritas, pero si se aparea con ésta los perritos saldrán chocolate... cosas de la genética!)