Sí... la miel... ¡Qué fabuloso invento de la naturaleza!
De por sí es un antibiótico natural, se usa para distintos fines medicinales, sobre todo cuando quieres salir del resfrío común... ¿Cómo olvidar la limonada caliente con miel que hizo alguna vea tu madre para aliviarte la gripe?
Difícil...
Endulzante natural, tiene más calorías que la "chachu" (léase chucha en chileno, léase coño en dominicano y reemplaze "la" por "el") pero son calorías naturales, no como las de azúcar blanca que son calorías procesadas por químicos...
Miel para hacerse máscaras para la piel, miel para endulzar los cornflakes del desayuno.
Miel, dulce pecado. Se derrite en la boca y un pequeño "tic" se activa en el cerebro, diciéndote que ese bocado vertirá energía en tu torrente sanguíneo.
La miel es como el amor que un día conocí...
Y es eso lo que se añora, no es la persona en sí, es el hecho de que te hace falta esa energía, eso que te recorre por dentro, esa sensación de bienestar, de ser el "ultimate happy" member de esta tierra.
El otro día conversaba con un par de amigos míos, que tienen cada uno 10 o más años menos que yo... son de otra generación... pero la historia es siempre la misma... nos preguntábamos si el amor realmente muere (todo esto después de escuchar la de Joaquín Sabina, que dice que amores que matan nunca mueren)... y por ahí surgió la teoría de que el amor no muere, simplemente se muda.
Se muda de corazón? Se muda de piel? Se muda realmente? Y qué hago yo en mi estado en que no encuentro sitio para mudar mi amor?
Se busca corazón, para mudar mi amor, tierno, cariñoso, dedicado, fiel, comprensivo, apasionado, concreto, comprometido, ilusionado, romántico, soñador, infinito... Prometo cuidar del "sitio" mientras lo ocupe... soy responsable, trataré de no hacer hoyos en las paredes... prometo llevarme la miel conmigo... y mi miel es comprada... no es miel dá!
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