Esta es más antigua aún... de Agosto 2002
Sigo sintiendo tu sabor y esa agradable sensación de tocar tus cabellos cuando te beso...
cuando tu boca tibia, húmeda y generosa me deja explorar cada rincón con mis labios...
es entonces el momento en que la paciencia se hace infinita y el tiempo entra en otra dimensión...
como si medir esos segundos fuese rebajarlos, quitarles su verdadero valor.
Sentir y saber que estaremos juntos...
Saber que haremos cosas prohibidas le agrega otro sabor a nuestro encuentro... el sabor del peligro.
La adrenalina que corre por nuestras venas es la que nos hace adictos a buscar un segundo, un minuto, un momento... para encontrarnos, para mirarnos, para hacernos más cómplices...
Y si mañana te olvido, y si mañana me olvidas... y si mañana no te deseo más y mañana no me deseas más...
Habré y, habrás olvidado, un a alguien de este mundo...
No desearé, ni desearás, tan sólo un conjunto de carne y huesos...
Y sin embargo no olvidaré, ni olvidarás, la sensación de haber vivido una experiencia más...
Una experiencia placentera que recorrerá las células de cada rincón que alguna vez exploramos.
Sin embargo desearé y, desearás, que el peligro se nos vuelva a presentar entre las manos, y que el peligro se quede en nuestras bocas... y que no haya instrumento capaz de medir ese sabor... el sabor que conocimos un día tú y yo.
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