De verdad que las mañanas se puede disfrutar de los extremos que nos ofrecen las emisoras en Santo Domingo.
Por un lado en el "gobierno de la mañana" un montón de gente gritándose, y haciendo como que se ponen de acuerdo a través de peleas, denuncias, y un hombre que juro que sufrirá un ataque al corazón en medio de sus acaloradas intervenciones.
Temas muy serios "pero muuuuuuuuuuuy seeerios!"
Por otro lado, "el cafecito" (no recuerdo el resto del nombre), un grupo de gente con una "vecina" incluída, que se ríen de muchas tonteras, pero muuuuuuuuuchas tonteras... y unas carcajadas sin sentido, que el primer segundo te contagian, ya para el tercer segundo estás decidiendo si el tipo que se ríe está fingiendo, o está loco. Para el quinto y sexto segundo te preguntas si acaso la risotada no es una grabación para hacer tiempo o para "rellenar" el espacio. Sinceramente caben estas preguntas porque nadie puede reirse TANTO tiempo de la estupidez que inició la risa.
Todo esto es más dramático si es un día de lluvia, en que el chofer del carro lleva el radio a todo volúmen y los vidrios arriba. Osea, el único sonido que escuchas es el del parlante chicharreando.
2 extremos... demasiada seriedad, y demasiada liviandad.
No me gustan los extremos.
Preferiría... una musiquita... algo para distraerte y pensar en los "extremos" propios...
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